1 Cerca de um mês depois, Naás, rei de Amom, avançou com seu exército contra a cidade de Jabes-Gileade. Mas os habitantes de Jabes clamaram: "Faça um tratado conosco, e o serviremos!".
2 Então Naás disse: "Está bem, mas só com uma condição. Arrancarei o olho direito de cada um de vocês como humilhação para todo o Israel!".
3 As autoridades de Jabes pediram: "Dê-nos sete dias para que enviemos mensageiros a todo o Israel. Se ninguém vier nos salvar, nós nos entregaremos ao rei".
4 Os mensageiros chegaram a Gibeá, cidade onde Saul morava, e relataram ao povo a difícil situação em Jabes-Gileade. Todos choraram em alta voz. 5 Quando Saul voltou à cidade, trazendo seus bois do campo, perguntou: "O que está acontecendo? Por que todos estão chorando?". Então contaram-lhe sobre a mensagem de Jabes.
6 O Espírito de Deus veio poderosamente sobre Saul, e ele se enfureceu. 7 Pegou dois bois, cortou-os em pedaços e enviou mensageiros para levá-los a todo o Israel com o seguinte aviso: "Isto é o que acontecerá aos bois de quem se recusar a seguir Saul e Samuel na batalha!". E o terror do Senhor caiu sobre o povo, de modo que todos saíram para guerrear como um só homem. 8 Quando Saul os reuniu em Bezeque, viu que havia trezentos mil homens de Israel e trinta mil homens de Judá.
9 Então Saul enviou os mensageiros de volta a Jabes-Gileade com o seguinte aviso: "Salvaremos vocês amanhã, antes do meio-dia". Quando os habitantes de Jabes receberam a mensagem, houve grande alegria em toda a cidade.
10 Então os homens de Jabes disseram a seus inimigos: "Amanhã nos entregaremos a vocês, e poderão fazer conosco o que desejarem". 11 No dia seguinte, porém, antes do amanhecer, Saul chegou com seu exército dividido em três destacamentos. Atacou os amonitas de surpresa e, na hora mais quente do dia, já os tinha derrotado completamente. O restante do exército amonita se dispersou de tal modo que não ficaram dois soldados juntos.
12 Então o povo disse a Samuel: "Onde estão aqueles que perguntaram: ‘Por que Saul deveria nos governar?’ Tragam esses homens aqui, e os mataremos".
13 Saul, porém, respondeu: "Ninguém será morto hoje, pois neste dia o Senhor livrou Israel".
14 Então Samuel disse ao povo: "Venham, vamos todos a Gilgal renovar o compromisso do reino". 15 Então todos foram a Gilgal e, numa cerimônia solene diante do Senhor, proclamaram Saul como rei. Depois, trouxeram ao Senhor ofertas de paz, e Saul e todos os israelitas muito se alegraram.
1 Y subió Nahas amonita, y asentó campamento contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.
2 Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
3 Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros a todos los términos de Israel; y si nadie hubiere que nos defienda, saldremos a ti.
4 Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró a alta voz.
5 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los varones de Jabes.
6 Y el Espíritu de Dios arrebató a Saúl en oyendo estas palabras, y se encendió en ira en gran manera.
7 Y tomando un par de bueyes, los cortó en piezas, y los envió por todos los términos de Israel por mano de mensajeros, diciendo: Cualquiera que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel, así será hecho a sus bueyes. Y cayó temor del SEÑOR sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
8 Y les contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los varones de Judá.
9 Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, tendréis salud. Y vinieron los mensajeros, y lo declararon a los de Jabes, los cuales se alegraron.
10 Y los de Jabes dijeron: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere.
11 Y el día siguiente Saúl puso el pueblo en orden en tres escuadrones, y entraron en medio del real a la vela de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentaba; y los que quedaron fueron dispersos, tal que no quedaron dos de ellos juntos.
12 El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los que decían: Reinará Saúl sobre nosotros? Dadnos esos hombres, y los mataremos.
13 Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy ha obrado el SEÑOR salud en Israel.
14 Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino.
15 Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante del SEÑOR en Gilgal. Y sacrificaron allí víctimas pacíficas delante del SEÑOR; y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.