1 Disse a mim mesmo: "Venha, vamos experimentar o prazer; vamos procurar as coisas boas da vida!". Descobri, porém, que isso também não fazia sentido. 2 Portanto, disse: "O riso é tolice. De que adianta buscar o prazer?". 3 Depois de pensar muito, resolvi me animar com vinho. E, enquanto ainda buscava a sabedoria, apeguei-me à insensatez. Assim, procurei experimentar o que haveria de melhor para as pessoas em sua curta vida debaixo do sol.
4 Dediquei-me a projetos grandiosos, construindo casas enormes e plantando belos vinhedos. 5 Fiz jardins e parques e os enchi de árvores frutíferas de toda espécie. 6 Construí açudes para juntar água e regar meus pomares verdejantes. 7 Comprei escravos e escravas, e outros nasceram em minha casa. Tive muito gado e rebanhos, mais que todos os que viveram em Jerusalém antes de mim. 8 Juntei grande quantidade de prata e ouro, tesouros de muitos reis e províncias. Contratei cantores e cantoras e tive muitas concubinas. Tive tudo que um homem pode desejar!
9 Tornei-me mais importante que todos os que viveram em Jerusalém antes de mim, e nunca me faltou sabedoria. 10 Tudo que desejei, busquei e consegui. Não me neguei prazer algum. No trabalho árduo, encontrei grande prazer, a recompensa por meus esforços. 11 Mas, ao olhar para tudo que havia me esforçado tanto para realizar, vi que nada fazia sentido; era como correr atrás do vento. Não havia nada que valesse a pena debaixo do sol.
12 Então resolvi comparar a sabedoria com a loucura e a insensatez (pois quem pode fazê-lo melhor que eu, o rei?). 13 Pensei: "A sabedoria é melhor que a insensatez, assim como a luz é melhor que as trevas. 14 O sábio vê para onde está indo, mas o tolo anda na escuridão". Apesar disso, vi que o sábio e o tolo têm o mesmo destino. 15 Disse a mim mesmo: "Uma vez que terei o mesmo fim do tolo, de que vale toda a minha sabedoria? Nada disso faz sentido!". 16 Pois nem o sábio nem o tolo serão lembrados por muito tempo; ambos morrerão, e logo serão esquecidos.
17 Por isso, passei a odiar minha vida, pois tudo que é feito debaixo do sol é frustrante. Nada faz sentido; é como correr atrás do vento.
18 Passei a odiar todo o meu árduo trabalho debaixo do sol, pois deixarei para meus sucessores tudo que me esforcei para obter. 19 E quem pode dizer se eles serão sábios ou tolos? No entanto, terão controle sobre tudo que consegui debaixo do sol, com minha habilidade e meu esforço. Isso não faz o menor sentido! 20 Assim, cheguei a me desesperar e questionei o valor de todo o meu árduo trabalho debaixo do sol.
21 Algumas pessoas trabalham com sabedoria, conhecimento e habilidade, mas terão de deixar o resultado de seu trabalho para alguém que não se esforçou. Isso também não faz sentido; é uma grande tragédia. 22 O que as pessoas ganham com tanto esforço e ansiedade debaixo do sol? 23 Seus dias de trabalho são cheios de dor e tristeza, e nem mesmo à noite sua mente descansa. Nada faz sentido.
24 Por isso, concluí que a melhor coisa a fazer é desfrutar a comida e a bebida e encontrar satisfação no trabalho. Percebi, então, que esses prazeres vêm da mão de Deus. 25 Pois quem pode comer ou desfrutar algo sem ele? 26 Deus concede sabedoria, conhecimento e alegria àqueles que lhe agradam. Se, porém, um pecador enriquece, Deus lhe toma a riqueza e a entrega àqueles que lhe agradam. Isso também não faz sentido; é como correr atrás do vento.
1 Dije yo también en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?
3 Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que mi corazón anduviese en sabiduría, y retuviese la locura, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;
5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todos frutos.
6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.
7 Poseí siervos y siervas, y tuve hijos de familia; también tuve posesión grande de vacas y ovejas, sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
8 Me allegué también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y todos los deleites de los hijos de los hombres, instrumentos músicos y de todas suertes.
9 Y fui engrandecido, y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto perseveró conmigo mi sabiduría.
10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
11 Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos; y la locura (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?).
13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la locura, como la luz a las tinieblas.
14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.
15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al loco me sucederá también a mí. ¿Para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
16 Porque ni del sabio ni del loco habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el loco.
17 Aborrecí por tanto la vida, porque toda obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo era vanidad y aflicción de espíritu.
18 Yo asimismo aborrecí todo mi trabajo que había puesto por obra debajo del sol; el cual dejaré a otro que vendrá después de mí.
19 ¿Y quién sabe si será sabio, o loco, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que me hice sabio debajo del sol? Esto también es vanidad.
20 Volvió, por tanto, a desesperanzar mi corazón acerca de todo el trabajo en que me trabajé, y en que me hice sabio debajo del sol.
21 ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.
22 Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y fatiga de su corazón, en que él trabajó debajo del sol?
23 Porque todos sus días no son sino dolores, y sus ocupaciones molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.
25 Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo?
26 Porque al hombre que es bueno delante de Dios, él le da sabiduría y ciencia y alegría, mas al pecador le dio la ocupación de que allegue y amontone, para que dé al bueno delante de él. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.