1 Ouçam! O braço do Senhor não é fraco demais para salvá-los,
nem seu ouvido é surdo para ouvi-los.
2 Foram suas maldades que os separaram de Deus;
por causa de seus pecados, ele se afastou
e já não os ouvirá.
3 Suas mãos estão manchadas de sangue,
e seus dedos, imundos de pecado.
Seus lábios estão cheios de mentiras,
e sua boca transborda de corrupção.
4 Ninguém se preocupa em ser justo e íntegro;
os processos judiciais se baseiam em mentiras.
As pessoas concebem maldades
e dão à luz o pecado.
5 Chocam serpentes venenosas
e tecem teias de aranha.
Quem comer seus ovos morrerá,
quem neles pisar fará sair uma víbora.
6 Suas teias não servem de roupa,
e ninguém pode se cobrir com elas.
Tudo que fazem é cheio de pecado,
e a violência é sua marca.
7 Seus pés correm para fazer o mal
e se apressam em cometer homicídio.
Pensam somente em pecar;
por onde passam, deixam sofrimento e destruição.
8 Não sabem onde encontrar paz,
não entendem o que significa ser justo.
Traçaram caminhos tortuosos,
e quem os segue não sabe o que é paz.
9 Não há retidão em nosso meio,
não sabemos viver de modo justo.
Procuramos luz, mas só encontramos trevas;
procuramos claridade, mas andamos na escuridão.
10 Apalpamos as paredes, como cegos;
andamos tateando, como quem não tem olhos.
Mesmo no mais claro meio-dia,
tropeçamos como se fosse noite.
Entre os vivos,
somos como os mortos.
11 Rugimos como ursos,
gememos como pombas.
Procuramos justiça, mas ela nunca chega;
procuramos salvação, mas ela está distante de nós.
12 Nossos pecados estão amontoados diante de Deus
e testemunham contra nós;
sim, sabemos que somos pecadores.
13 Sabemos que nos rebelamos e negamos o Senhor;
demos as costas para nosso Deus.
Sabemos que fomos injustos e opressores;
planejamos cada uma de nossas mentiras.
14 Nossos tribunais se opõem ao que é certo;
não há justiça em parte alguma.
A verdade anda tropeçando pelas ruas,
e a honestidade foi banida.
15 Sim, a verdade sumiu,
e quem rejeita o mal é perseguido.
O Senhor viu tudo isso e se desagradou
de não encontrar justiça alguma.
16 Admirou-se porque ninguém se apresentou
para ajudar os oprimidos.
Então ele mesmo interveio para salvá-los com seu braço forte,
e sua justiça o susteve.
17 Vestiu a justiça como armadura
e pôs na cabeça o capacete da salvação.
Cobriu-se com a túnica da vingança
e envolveu-se com o manto do zelo.
18 Ele retribuirá a seus inimigos pelo mal que fizeram;
sua fúria cairá sobre seus adversários,
e até os confins da terra lhes dará o castigo merecido.
19 No oeste, temerão o nome do Senhor;
no leste, o glorificarão.
Pois ele virá como uma forte correnteza,
impelida pelo sopro do Senhor.
20 "O Redentor virá a Jerusalém
para resgatar em Israel
aqueles que se afastaram de seus pecados",
diz o Senhor.
21 "E esta é minha aliança com eles", diz o Senhor. "Meu Espírito não os deixará, nem estas palavras que lhes dei. Estarão em seus lábios, nos lábios de seus filhos e nos lábios de seus descendentes, para sempre. Eu, o Senhor, falei!"
1 He aquí que no es acortada la mano del SEÑOR para salvar, ni es agravado su oído para oír;
2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho cubrir su rostro de vosotros, para no oiros.
3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos, de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y vuestra lengua habla maldad.
4 No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben trabajo, y dan a luz iniquidad.
5 Ponen huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si se lo apretaren, saldrá un basilisco.
6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de iniquidad está en sus manos.
7 Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento son sus caminos.
8 No conocieron camino de paz; ni hay derecho en sus caminos; sus veredas torcieron a sabiendas, cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.
9 Por esto se alejó de nosotros el juicio, y justicia nunca nos alcanzó, esperamos luz, y he aquí tinieblas, resplandores y andamos en oscuridad.
10 Tentamos como ciegos la pared, y como sin ojos andamos a tiento; tropezamos en el mediodía como de noche; en sepulcros como muertos.
11 Aullamos, como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos juicio, y no lo hay; salud, y se alejó de nosotros.
12 Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque nuestras iniquidades están con nosotros, y conocemos nuestros pecados:
13 Rebelar, y mentir contra el SEÑOR, y tornar de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia, y rebelión, concebir, y hablar de corazón palabras de mentira.
14 Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.
15 Y la verdad fue detenida; y el que se apartó del mal, fue puesto en presa. Y lo vio el SEÑOR, y desagradó en sus ojos, porque pereció el derecho.
16 Y vio que no había hombre, y abominó que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.
17 Y se vistió de justicia, como de loriga, con capacete de salud en su cabeza; y se vistió de vestido de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
18 como para dar pagos, como para tornar venganza de sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; a las islas dará el pago.
19 Y temerán desde el occidente el nombre del SEÑOR; y desde el nacimiento del sol, su gloria; porque vendrá como río violento impelido por el aliento del SEÑOR.
20 Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dijo el SEÑOR.
21 Y éste será mi Pacto con ellos, dijo el SEÑOR: el Espíritu mío que está sobre ti; y mis palabras, que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, y de la boca de tu simiente, y de la boca de la simiente de tu simiente, dijo el SEÑOR, desde ahora y para siempre.