1 Eu disse: "Ouçam, líderes de Israel!
Vocês deveriam saber o que é certo,
2 mas odeiam o bem
e amam o mal.
Esfolam meu povo
e arrancam a carne de seus ossos.
3 Sim, comem a carne de meu povo;
arrancam sua pele
e quebram seus ossos.
Cortam-no em pedaços,
como carne para a panela.
4 Então, na hora da aflição, clamam ao Senhor;
esperam mesmo que ele responda?
Depois de todo o mal que fizeram,
ele nem olhará para vocês!".
5 Assim diz o Senhor:
"Vocês, falsos profetas, fazem meu povo se desviar!
Prometem paz aos que lhes dão comida,
mas anunciam guerra aos que não os alimentam.
6 Agora, a noite se fechará ao seu redor
e acabará com suas visões.
A escuridão os cobrirá
e dará fim a suas predições.
O sol se porá para os profetas,
e seu dia chegará ao fim.
7 Então vocês, videntes, serão envergonhados,
e vocês, adivinhos, serão humilhados.
Cobrirão a boca,
porque não há resposta de Deus".
8 Quanto a mim, estou cheio de poder,
cheio do Espírito do Senhor.
Estou cheio de justiça e força
para anunciar o pecado e a rebeldia de Israel.
9 Escutem, líderes de Israel!
Vocês odeiam a justiça e distorcem o que é certo.
10 Constroem Jerusalém
sobre um alicerce de homicídio e corrupção.
11 Os governantes julgam conforme os subornos que recebem,
os sacerdotes cobram para ensinar a lei,
os profetas só profetizam quando são pagos,
e, no entanto, todos afirmam depender do Senhor.
Dizem: "Nenhum mal nos acontecerá,
pois o Senhor está em nosso meio".
12 Por causa de vocês, o monte Sião será arado como um campo;
Jerusalém será transformada num monte de ruínas.
Crescerá mato na colina,
onde hoje fica o templo.
1 Y dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y cabezas de la Casa de Israel: ¿No pertenecía a vosotros saber el derecho?
2 Que aborrecen lo bueno y aman lo malo, que les roban su cuero y su carne de sobre sus huesos;
3 Y que comen la carne de mi pueblo, y les desuellan su cuero de sobre ellos, y les quebrantan sus huesos y los rompen, como para echar en caldero, y como carnes en olla.
4 Entonces clamarán al SEÑOR y no les responderá; antes esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicieron malas obras.
5 Así ha dicho el SEÑOR acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, que muerden con sus dientes, y claman: Paz, y al que no les diere que coman, aplazan contra él batalla;
6 por tanto, de la visión se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos.
7 Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cubrirán su labio, porque no tendrán respuesta de Dios.
8 Pero yo estoy lleno de fuerza del Espíritu del SEÑOR, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado.
9 Oíd ahora esto, cabezas de la Casa de Jacob, y capitanes de la Casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho;
10 que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia;
11 sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se arriman al SEÑOR diciendo: ¿no está el SEÑOR entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.
12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén será montones de ruinas, y el monte de la Casa como cumbres de bosque.