Julgamento contra os líderes de Israel

1 Eu disse: "Ouçam, líderes de Israel!

Vocês deveriam saber o que é certo,

2 mas odeiam o bem

e amam o mal.

Esfolam meu povo

e arrancam a carne de seus ossos.

3 Sim, comem a carne de meu povo;

arrancam sua pele

e quebram seus ossos.

Cortam-no em pedaços,

como carne para a panela.

4 Então, na hora da aflição, clamam ao Senhor;

esperam mesmo que ele responda?

Depois de todo o mal que fizeram,

ele nem olhará para vocês!".

5 Assim diz o Senhor:

"Vocês, falsos profetas, fazem meu povo se desviar!

Prometem paz aos que lhes dão comida,

mas anunciam guerra aos que não os alimentam.

6 Agora, a noite se fechará ao seu redor

e acabará com suas visões.

A escuridão os cobrirá

e dará fim a suas predições.

O sol se porá para os profetas,

e seu dia chegará ao fim.

7 Então vocês, videntes, serão envergonhados,

e vocês, adivinhos, serão humilhados.

Cobrirão a boca,

porque não há resposta de Deus".

8 Quanto a mim, estou cheio de poder,

cheio do Espírito do Senhor.

Estou cheio de justiça e força

para anunciar o pecado e a rebeldia de Israel.

9 Escutem, líderes de Israel!

Vocês odeiam a justiça e distorcem o que é certo.

10 Constroem Jerusalém

sobre um alicerce de homicídio e corrupção.

11 Os governantes julgam conforme os subornos que recebem,

os sacerdotes cobram para ensinar a lei,

os profetas só profetizam quando são pagos,

e, no entanto, todos afirmam depender do Senhor.

Dizem: "Nenhum mal nos acontecerá,

pois o Senhor está em nosso meio".

12 Por causa de vocês, o monte Sião será arado como um campo;

Jerusalém será transformada num monte de ruínas.

Crescerá mato na colina,

onde hoje fica o templo.

1 Y dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y cabezas de la Casa de Israel: ¿No pertenecía a vosotros saber el derecho?

2 Que aborrecen lo bueno y aman lo malo, que les roban su cuero y su carne de sobre sus huesos;

3 Y que comen la carne de mi pueblo, y les desuellan su cuero de sobre ellos, y les quebrantan sus huesos y los rompen, como para echar en caldero, y como carnes en olla.

4 Entonces clamarán al SEÑOR y no les responderá; antes esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicieron malas obras.

5 Así ha dicho el SEÑOR acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, que muerden con sus dientes, y claman: Paz, y al que no les diere que coman, aplazan contra él batalla;

6 por tanto, de la visión se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos.

7 Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cubrirán su labio, porque no tendrán respuesta de Dios.

8 Pero yo estoy lleno de fuerza del Espíritu del SEÑOR, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado.

9 Oíd ahora esto, cabezas de la Casa de Jacob, y capitanes de la Casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho;

10 que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia;

11 sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se arriman al SEÑOR diciendo: ¿no está el SEÑOR entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén será montones de ruinas, y el monte de la Casa como cumbres de bosque.