1 Em 7 de dezembro do quarto ano do reinado de Dario, o Senhor deu outra mensagem a Zacarias. 2 O povo de Betel tinha enviado Sarezer, Regem-Meleque e seus homens para buscar o favor do Senhor 3 e para perguntar aos profetas e aos sacerdotes no templo do Senhor dos Exércitos: "Devemos continuar a lamentar e jejuar no quinto mês, como temos feito por tantos anos?".
4 Em resposta, o Senhor dos Exércitos me deu esta mensagem: 5 "Diga a todo o seu povo e a seus sacerdotes: ‘Durante estes setenta anos de exílio, vocês jejuaram e lamentaram no quinto e no sétimo mês, mas foi, de fato, para mim que jejuaram? 6 E, mesmo agora, não comem e bebem apenas para agradar a si mesmos? 7 Não é esta a mesma mensagem que o Senhor proclamou por meio dos profetas no passado, quando Jerusalém e as cidades de Judá estavam cheias de gente, e quando havia muitos habitantes no Neguebe e nas colinas de Judá?’".
8 Então Zacarias recebeu esta mensagem do Senhor: 9 "Assim diz o Senhor dos Exércitos: Julguem com justiça e mostrem compaixão e bondade uns pelos outros. 10 Não oprimam as viúvas, nem os órfãos, nem os estrangeiros, nem os pobres. E não tramem o mal uns contra os outros.
11 "Seus antepassados não quiseram ouvir esta mensagem. Em rebeldia, deram-me as costas e taparam os ouvidos para não escutar. 12 Tornaram o coração duro como pedra, para não ouvir as instruções nem as mensagens que o Senhor dos Exércitos lhes enviou por seu Espírito, por meio dos antigos profetas. Por isso o Senhor dos Exércitos ficou tão irado com eles.
13 "Porque não quiseram ouvir quando eu os chamei, não os ouvi quando eles me chamaram, diz o Senhor dos Exércitos. 14 Como um vendaval, eu os espalhei entre as nações distantes, que eles não conheciam. Sua terra ficou tão desolada que ninguém sequer passava por ela. Transformaram sua terra agradável num deserto".
1 Y aconteció en el año cuarto del rey Darío, que vino Palabra del SEÑOR a Zacarías, a los cuatro del mes noveno, que es Quisleu;
2 cuando fue enviado a la Casa de Dios, Sarezer, con Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor del SEÑOR,
3 y a preguntar a los sacerdotes que estaban en la casa del SEÑOR de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años?
4 Vino, pues, a mí palabra del SEÑOR de los ejércitos, diciendo:
5 Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?
6 Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros?
7 ¿No son éstas las palabras que publicó el SEÑOR por mano de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y quieta, y sus ciudades en sus alrededores, y el mediodía y la campiña se habitaban?
8 Y vino palabra del SEÑOR a Zacarías, diciendo:
9 Así habló el SEÑOR de los ejércitos, diciendo: Juzgad juicio verdadero, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano;
10 no agraviéis a la viuda, ni al huérfano, ni al extranjero, ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.
11 Pero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oír;
12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por mano de los profetas primeros; fue, por tanto , hecho gran castigo por el SEÑOR de los ejércitos.
13 Y aconteció que como él clamó, y no escucharon, así ellos clamaron, y yo no escuché, dice el SEÑOR de los ejércitos;
14 antes los esparcí con torbellino por todos los gentiles que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues tornaron en asolamiento el país deseable.