1 EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
1 EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
51 De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.
35 Dísteme asimismo el escudo de tu salud: Y tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha acrecentado.
36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y no titubearon mis rodillas.
3 Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz.
89 LAMED. Para siempre, oh Jehová, Permenece tu palabra en los cielos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
8 El libro de aquesta ley nunca se apartará de tu boca: antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme á todo lo que en él está escrito: porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
1 LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas,
12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
23 Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era.
22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
130 El principio de tus palabras alumbra; Hace entender á los simples.
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra.
16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra.
22 Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron á la Escritura, y á la palabra que Jesús había dicho.
4 Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios.
4 Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios.
4 Y Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios.
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña;
18 Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.
1 POR tanto, si hay alguna consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,
2 Cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
3 Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos á los otros:
4 No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:
6 El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios:
7 Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres;
8 Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre;
10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra;
11 Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre.
12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
13 Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
15 Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo;
16 Reteniendo la palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.
17 Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros.
18 Y asimismo gozaos también vosotros, y regocijaos conmigo.
19 Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto á Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.
20 Porque á ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.
21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
22 Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo á padre ha servido conmigo en el evangelio.
23 Así que á éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios;
24 Y confío en el Señor que yo también iré presto á vosotros.
25 Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
26 Porque tenía gran deseo de ver á todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
27 Pues en verdad estuvo enfermo á la muerte: mas Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
28 Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis á gozar, y yo esté con menos tristeza.
29 Recibidle pues en el Señor con todo gozo; y tened en estima á los tales:
30 Porque por la obra de Cristo estuvo cercano á la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.
41 Y creyeron muchos más por la palabra de él.
9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud.
25 El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.
11 Vena de vida es la boca del justo: Mas violencia cubrirá la boca de los impíos.
5 Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo á los que en él esperan.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.
36 Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;
37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
17 Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;
29 ¿No es mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?
105 NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.
105 NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.
17 Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.
3 He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna.
5 Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego cuán grande bosque enciende!
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana:
8 Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal.
6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
34 Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? porque de la abundancia del corazón habla la boca.
8 Sécase la hierba, cáese la flor: mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
16 Halláronse tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fué por gozo y por alegría de mi corazón: porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud:
31 Y decía Jesús á los Judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará.
36 Y hubo espanto en todos, y hablaban unos á otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y potencia manda á los espíritus inmundos, y salen?
21 Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
30 Dios, perfecto su camino: Es acendrada la palabra de Jehová: Escudo es á todos los que en él esperan.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre.
4 En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré Lo que la carne me hiciere.
23 Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos á él, y haremos con él morada.
9 BETH. ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.
35 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
31 Y decía Jesús á los Judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra con verdad hecha.
4 Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra con verdad hecha.
160 El principio de tu palabra es verdad; Y eterno es todo juicio de tu justicia.
3 Y te afligió, é hízote tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que el hombre no vivirá de solo pan, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
18 Mas lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias.
16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
3 Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien?
13 Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
3 Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.
20 Del fruto de la boca del hombre se hartará su vientre; Hartaráse del producto de sus labios.
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.