26 Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.
27 Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos.
17 Si no me ayudara Jehová, Presto morara mi alma en el silencio.
6 Bendito Jehová, Que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En él esperó mi corazón, y fuí ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré.
28 Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.
4 He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los que sostienen mi vida.
2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
13 Porque yo Jehová soy tu Dios, que te ase de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudé.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.
40 Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.
1 Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo sobre Alamoth. DIOS es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
7 Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.
36 Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, Y tu benignidad me ha acrecentado.
9 Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la gloria de tu nombre: Y líbranos, y aplácate sobre nuestros pecados por amor de tu nombre.
22 Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.