11 Por lo cual, consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.
1 EMPERO tú, habla lo que conviene á la sana doctrina:
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame; Porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.
9 Con mi alma te he deseado en la noche; y en tanto que me durare el espíritu en medio de mí, madrugaré á buscarte: porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él.
8 Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
9 Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera.
1 EL que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.
20 Cómo nada que fuese útil he rehuído de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas,
19 Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:
20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
16 La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.
9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.
11 No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; Ni te fatigues de su corrección:
12 Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere.
7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre á su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
16 Respondióles Jesús, y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envió.
10 Enséñame á hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios: Tu buen espíritu me guíe á tierra de rectitud.
11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.
42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
30 Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.