25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo:
26 Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios;
7 Yo empero á Jehová esperaré, esperaré al Dios de mi salud: el Dios mío me oirá.
8 Y Jehová es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides.
2 He aquí Dios es salud mía; aseguraréme, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, el cual ha sido salud para mí.
18 No os dejaré huérfanos: vendré á vosotros.
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
76 Sea ahora tu misericordia para consolarme, Conforme á lo que has dicho á tu siervo.
1 Salmo de David. JEHOVA es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?
25 Bueno es Jehová á los que en él esperan, al alma que le buscare.
6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me hará el hombre.
4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.
50 Esta es mi consuelo en mi aflicción: Porque tu dicho me ha vivificado.