Mãe

1 Cántico gradual. BIENAVENTURADO todo aquel que teme á Jehová, Que anda en sus caminos.

2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado tú, y tendrás bien.

10 Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas.

12 Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

24 El que detiene el castigo, á su hijo aborrece: Mas el que lo ama, madruga á castigarlo.

8 Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:

9 Porque adorno de gracia serán á tu cabeza, Y collares á tu cuello.

20 El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.

9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos;

4 La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;

5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;

6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad;

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

6 Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

1 HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres; porque esto es justo.

2 Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,

3 Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

25 Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.

26 Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua.

27 Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.

28 Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; Y su marido también la alabó.

29 Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú las sobrepujaste á todas.

30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á Jehová, ésa será alabada.

3 He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre.

13 Como aquel á quien consuela su madre, así os consolaré yo á vosotros, y en Jerusalem tomaréis consuelo.