1 Las sentencias de Salomón. EL hijo sabio alegra al padre; Y el hijo necio es tristeza de su madre.
17 Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón; Y salvará á los contritos de espíritu.
15 Gozaos con los que se gozan: llorad con los que lloran.
20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
21 Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito.
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos; Y mi suspiro no te es oculto.
16 No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.
12 Secóse la vid, y pereció la higuera, el granado también, la palma, y el manzano; secáronse todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
10 Como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo á muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
12 Por eso pues ahora, dice Jehová, convertíos á mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos.
4 Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
8 Jehová abre los ojos á los ciegos; Jehová levanta á los caídos; Jehová ama á los justos.
5 Vuelve, y di á Ezechîas, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas: he aquí yo te sano; al tercer día subirás á la casa de Jehová.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.
8 Y Jehová es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides.
5 Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
7 Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.
10 Quita pues el enojo de tu corazón, y aparta el mal de tu carne: porque la mocedad y la juventud son vainidad.
4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.