26 Mi carne y mi corazón desfallecen: Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones; Y se te multiplicarán años de vida.
25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.
27 Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un codo?
13 Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.
15 No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
36 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?
13 ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre.
8 El que posee entendimiento, ama su alma: El que guarda la inteligencia, hallará el bien.
3 El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
15 Y díjoles: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
27 El temor de Jehová es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte.
6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Jehová te guardará de todo mal: El guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada, Desde ahora y para siempre.
12 Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
7 Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.
7 (Porque por fe andamos, no por vista;)
12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.
23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
93 Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; Porque con ellos me has vivificado.
10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
6 Todo lo que respira alabe á JAH. Aleluya.
19 Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.
10 Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;
11 Apártase del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
31 Corona de honra es la vejez, Que se hallará en el camino de justicia.
12 Enséñanos de tal modo á contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
10 Los días de nuestra edad son setenta años; Que si en los más robustos son ochenta años, Con todo su fortaleza es molestia y trabajo; Porque es cortado presto, y volamos.
3 Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.
23 Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
23 Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
11 Y que procuréis tener quietud, y hacer vuestros negocios, y obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado;
12 A fin de que andéis honestamente para con los extraños, y no necesitéis de nada.
35 Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
7 Calla á Jehová, y espera en él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
21 El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la honra.
17 Camino á la vida es guardar la corrección: Mas el que deja la reprensión, yerra.
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;
24 Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; Y por tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
4 Una cosa he demandado á Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
16 Porque yo te mando hoy que ames á Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla.
9 Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.
15 Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios;
16 Redimiendo el tiempo, porque los días son malos.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien?
13 Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
34 Y llamando á la gente con sus discípulos, les dijo: Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
35 Porque el que quisiere salvar su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
36 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?
37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adulterina y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
33 A Jehová cantaré en mi vida: A mi Dios salmearé mientras viviere.
1 PARA todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo:
25 Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
5 He aquí diste á mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
6 Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.