11 Porque si lo que perece es para gloria, mucho más será para gloria lo que permanece.
12 Así que, teniendo tal esperanza, hablamos con mucha confianza;
13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no pusiesen los ojos en su cara, cuya gloria había de perecer.
14 (Y así los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el día de hoy les queda el mismo velo no descubierto en la lección del Antiguo Testamento, el cual en Cristo es quitado.