Admiração

1 Alelu-JAH. Alef Bienaventurado el varón que teme al SEÑOR, Bet y en sus mandamientos se deleita en gran manera.

7 No seas sabio en tu propia opinión; teme al SEÑOR, y apártate del mal;

8 porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.

18 He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;

7 Bendíganos Dios, y témanlo todos los confines de la tierra.

10 Resh El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, Sin buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra su voluntad; Tau su loor permanece para siempre.

2 Mas a vosotros los que teméis mi Nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

4 En pos del SEÑOR vuestro Dios andaréis, y a él temeréis, y guardaréis sus mandamientos, y escucharéis su voz, y a él serviréis, y a él os allegaréis.

10 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; y la ciencia de lo santo es inteligencia.

16 Mejor es lo poco con el temor del SEÑOR, que el gran tesoro donde hay turbación.

7 Pagad a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra.

30 Sin Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada.

1 Canción de las gradas. Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en sus caminos.

13 El temor del SEÑOR es aborrecer el mal; la soberbia, la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.

21 Y por haber las parteras temido a Dios, él les hizo casas.

4 Riquezas, y honra, y vida, son la remuneración de la humildad y del temor del SEÑOR.

1 Así que, amados, pues teniendo tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.

13 El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.

33 El temor del SEÑOR es enseñanza de sabiduría; y delante de la honra está la humildad.

7 El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.

14 El atribulado es consolado de su compañero; pero se ha abandonado el temor del Omnipotente.

12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el SEÑOR tu Dios de ti, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;

13 que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos, que yo te mando hoy, para que hayes bien?