1 De David. Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad.
25 Mas al SEÑOR vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
2 Di al SEÑOR: Señor tú eres mi bien; no tengo otro bien fuera de ti.
11 Servid al SEÑOR con temor; y alegraos con temblor.
2 Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
36 Porque de él, y por él, y en él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
1 Alabad al SEÑOR, invocad su Nombre; haced notorias sus obras en los pueblos.
42 Y Dios se apartó, y los entregó que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel?
43 Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán; figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré pues, más allá de Babilonia.
11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.
9 Y cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía, y se ponía a la puerta del tabernáculo, y el SEÑOR hablaba con Moisés.
10 Y viendo todo el pueblo la columna de nube, que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba todo el pueblo, cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
11 Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas . Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza.
9 Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre;
10 que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble.
11 Y todo lenguaje confiese que el Señor Jesús el Cristo está en la gloria de Dios, el Padre.
21 El será tu alabanza, y él será tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas que tus ojos han visto.
19 hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
18 Que nadie os gobierne a su voluntad con pretexto de humildad y religión de ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, andando hinchado en el vano sentido de su carne,
19 y no manteniendo el vínculo a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y unido por sus ligaduras y coyunturas, creciendo en aumento de Dios.
38 Y él dice: Creo, Señor; y le adoró.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a su Nombre; ensalzad al que cabalga sobre los cielos; JAH es su Nombre, y alegraos delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario;
11 Y cantaban, alabando y confesando al SEÑOR, y decían : Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo jubilaba con gran júbilo, alabando al SEÑOR, porque la Casa del SEÑOR era acimentada.
7 y comeréis allí delante del SEÑOR vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en que el SEÑOR tu Dios te hubiere bendecido.
37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y a los que andan con soberbia, puede humillar.
1 El SEÑOR, tú eres mi Dios; te alabaré, y ensalzaré tu nombre, porque has hecho maravillas, los consejos antiguos, la verdad firme.
9 Todos los gentiles que hiciste vendrán y se humillarán delante de ti, Señor; y glorificarán tu Nombre.
10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; tú solo eres Dios.
8 Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete detrás de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo adorarás, y a él solo servirás.
16 La palabra del Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.
34 Confesad al SEÑOR, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.
35 Y decid: Sálvanos, oh Dios, salud nuestra; júntanos, y líbranos de los gentiles, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.
36 Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, de eternidad a eternidad; y digan todos los pueblos, Amén; y alabanza al SEÑOR.
4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá tu Nombre? Porque tú sólo eres Santo; por lo cual todos los gentiles vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios son manifestados.
17 A él clamé con mi boca, y fue ensalzado con mi lengua.
6 Venid, postrémonos y adoremos; arrodillémonos delante del SEÑOR nuestro hacedor.
6 Venid, postrémonos y adoremos; arrodillémonos delante del SEÑOR nuestro hacedor.
11 Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto.
22 Por tanto tú te has engrandecido, SEÑOR Dios; por cuanto no hay otro como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
2 Dad al SEÑOR la gloria de su nombre; humillaos al SEÑOR en la gloria de la santidad.
15 Así que, ofrezcamos por medio de él a Dios siempre sacrificio de alabanza, es a saber, fruto de labios que confiesen su Nombre.
1 Al Vencedor: Canción de Alabanza. Jubilad a Dios toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su Nombre; poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán terrible eres en tus obras! Por lo grande de tu fortaleza se sujetarán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu Nombre. (Selah.)
1 Alelu-JAH. Alabad a Dios en su santuario; alabadle en el extendimiento de su fortaleza.
2 Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
3 Alabadle a son de shofar; alabadle con salterio y arpa.
4 Alabadle con adufe y flauta; alabadle con cuerdas y órgano.
5 Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo.
6 Todo lo que respira alabe a JAH. Alelu-JAH.
7 diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle gloria; porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.
13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se me sacrifica, y con sus labios me honra, mas su corazón se alejó de mí; y su culto con que me honra fue enseñado por mandamiento de hombres;
20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó; sea el nombre del SEÑOR bendito.
6 Extendí mis manos a ti; mi alma a ti como la tierra sedienta. (Selah.)
21 Le dice Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud viene de los Judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy el SEÑOR tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, de los que me aborrecen,
8 Yo Juan soy el que ha oído, y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
9 Y él me dijo: Mira que no lo hagas, porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de la profecía de este libro. Adora a Dios.
17 Alabaré yo al SEÑOR conforme a su justicia, y cantaré al nombre del SEÑOR el Altísimo.
11 ¿Quién como tú, oh SEÑOR, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en loores, hacedor de maravillas?
14 porque no te inclinarás a dios ajeno; que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
12 Entonces me invocaréis, y andaréis en mis caminos y oraréis a mí, y yo os oiré;
1 Salmo de David, estando en el desierto de Judá. Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.
28 Así que, tomando el Reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia.
29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdicion,
4 oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o divinidad; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,
4 el que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto.
2 Y no os conforméis a este siglo; mas trasformaos por la renovación de vuestra alma, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
8 Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad los corazones.
10 Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás.
5 Y dijeron los levitas, Jesúa y Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid al SEÑOR vuestro Dios eternalmente; y bendiga el nombre de tu gloria; alto sobre toda bendición y alabanza.
34 Confesad al SEÑOR, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.
2 El SEÑOR es mi fortaleza, y mi canción, el me es por salud; este es mi Dios, y a éste adornaré; Dios de mi padre, y a éste ensalzaré.
3 lo que hemos visto y oído, esto os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y que nuestra comunión sea con el Padre, y con su Hijo Jesús, el Cristo.
6 Todo lo que respira alabe a JAH. Alelu-JAH.
17 Porque la higuera no florecerá, ni en las vides habrá fruto; la obra de la oliva mentirá, y los labrados no darán mantenimiento; las ovejas serán taladas de la majada, y en los corrales no habrá vacas;
18 pero yo en el SEÑOR me alegraré, y en el Dios de mi salud me gozaré.
22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.
23 Los que teméis al SEÑOR, alabadle; toda la simiente de Jacob glorificadle; y temed de él, toda la simiente de Israel.
4 Entrad por sus puertas con confesión; por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su Nombre.
9 Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no sea engañado, y os apartéis, y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;
25 Mas a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios ; y los que estaban presos los oían.
2 No hay santo como el SEÑOR; porque no hay ninguno fuera de ti; y no hay Fuerte como el Dios nuestro.
5 Ensalzad al SEÑOR nuestro Dios, y adorad al estrado de sus pies santo.
16 Le despertaron a celos con los dioses ajenos; le ensañaron con abominaciones.
17 Sacrificaron a los diablos, no a Dios; a los dioses que no conocieron; nuevos dioses , venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.
18 Del Fuerte que te crió, te has olvidado; te has olvidado del Dios tu creador.