16 Y de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.
17 Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
1 De David. Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad.
2 Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios:
14 Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea el SEÑOR, que hizo que no te faltase redentor hoy, cuyo nombre será nombrado en Israel.
15 El cual será restaurador de tu alma, y el que sustentará tu vejez; pues que tu nuera, la cual te ama, le ha dado a luz; y ella te vale más que siete hijos.
19 El que vive, el que vive, éste te confesará, como yo hoy. El padre hará a los hijos notoria tu verdad.
27 Por este niño oraba, y el SEÑOR me dio lo que le pedí.
3 Doy gracias a mi Dios en toda memoria de vosotros,
9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,
28 Atribuid al SEÑOR, oh familias de los pueblos, atribuid al SEÑOR gloria y potencia.
3 He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en mano del valiente, así son los hijos mancebos.
5 Dichoso el varón que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
6 Corona de los viejos son los hijos de los hijos; y la honra de los hijos, sus padres.
4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.