Céu
9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
20 Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos el Salvador, al Señor Jesús, el Cristo;
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.
17 ¡Oh Señor DIOS! He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que se esconda;
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me salvará para su Reino celestial, al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
7 Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto.
5 Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti ? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
14 Y Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el Reino de los cielos.
6 El edificó en el cielo sus gradas, y su ayuntamiento fundó sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; el SEÑOR es su Nombre.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
8 Nuestro socorro es en el Nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.
1 Al Vencedor: Salmo de David. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.
2 Un día emite palabra al otro día, y una noche a la otra noche declara sabiduría.
2 En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar.
16 Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de Arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en el Cristo resucitarán primero;
17 luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
2 Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere (en nosotros) , seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.
3 Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
21 Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.
50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
51 Y aconteció que bendiciéndolos, se fue de ellos; y era llevado arriba al cielo.
1 Para todas las cosas hay sazón, y toda voluntad debajo del cielo, tiene su tiempo determinado :
24 ¿Por ventura se ocultará alguno en escondrijos que yo no lo vea, dijo el SEÑOR? ¿No lleno yo el cielo y la tierra, dijo el SEÑOR?
15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.