8 Porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
3 Si anduviereis en mis decretos, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra;
4 yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra dará su fruto, y el árbol del campo dará su fruto;
12 Se secó la vid, y pereció la higuera; el granado también, la palma, y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
10 Y el que da la simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de vuestra justicia;
11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados.
10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi Casa; y probadme ahora en esto, dijo el SEÑOR de los ejércitos, y veréis si yo no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que no de abasto.
7 No os engañéis, Dios no puede ser burlado; porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
9 Honra al SEÑOR de tu sustancia, y de las primicias de todos tus frutos;
9 No nos faltemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos faltado.
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?
17 Porque la higuera no florecerá, ni en las vides habrá fruto; la obra de la oliva mentirá, y los labrados no darán mantenimiento; las ovejas serán taladas de la majada, y en los corrales no habrá vacas;
18 pero yo en el SEÑOR me alegraré, y en el Dios de mi salud me gozaré.