19 ¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
3 Encomienda al SEÑOR tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
7 Bendito el varón que se fía en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR.
8 Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, y su hoja será verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?
13 Todo lo puedo en el Cristo que me fortalece.
13 Retén la forma de las sanas palabras que de mi oíste, en la fe y caridad que es en Cristo Jesús.
19 Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?; habló, ¿y no lo ejecutará?
33 Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis apretura; mas confiad, yo he vencido al mundo.
2 Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y en los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
14 Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer esto, al que cree todo es posible.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti ? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
31 ¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?
1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios. Porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.
3 No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
5 Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente (porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.)
14 Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
7 En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.
7 (porque por fe andamos, no por vista);
18 Cof Cercano está el SEÑOR a todos los que le invocan, a todos los que le invocan con verdad.
25 El temor a los hombres es peligroso; mas el que confía en el SEÑOR será levantado.
4 Y la paciencia consuma la obra, para que seáis perfectos y enteros, sin faltar en alguna cosa.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he alzado mi alma.
6 Confiando de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesús el Cristo;
39 ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar de la caridad de Dios, que es en el Ungido, Jesús, Señor nuestro.
20 El entendido en la palabra, hallará el bien; y bienaventurado el que confía en el SEÑOR.
5 Fíate del SEÑOR de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
3 Bet Espera en el SEÑOR, y haz bien; vive en la tierra, y manten la verdad.
6 Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda, es semejante a la onda del mar, que es movida del viento, y es echada de una parte a otra.
4 En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado, no temeré lo que la carne me hiciere.
27 Y él les dijo: Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios.
5 Fíate del SEÑOR de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.
1 Pues tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
16 Y nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es caridad; y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él.
3 El día temo, mas yo en ti confío.
1 El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Dirá al SEÑOR: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, me aseguraré en él.