1 Mictam de David. Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.
7 Bueno es el SEÑOR para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
4 Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, amparo contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra frontispicio.
5 Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza.
6 El solamente es mi fuerte y mi salud; mi refugio, no resbalaré.
7 En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.
8 Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro amparo. (Selah.)
8 Mejor es esperar en el SEÑOR que esperar en hombre.
9 Mejor es esperar en el SEÑOR que esperar en príncipes.
1 Al Vencedor: Salmo de David. En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; y por tu Nombre me guiarás, y me encaminarás.
4 Me sacarás de la red que han escondido para mí; porque tú eres mi fortaleza.
5 En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios de verdad.
1 De David. El SEÑOR es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?
2 Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3 Aunque se asiente campamento contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo en esto confío.
1 Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
3 Seme por peña de fortaleza, adonde recurra yo continuamente; has mandado que yo sea salvo; porque tú eres mi roca, y mi castillo.
29 El camino del SEÑOR es fortaleza al perfecto; pero es espanto a los que obran maldad.
1 Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.
2 SEÑOR, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.
3 Invocaré al SEÑOR, digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
1 El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Dirá al SEÑOR: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, me aseguraré en él.
3 Y él te librará del lazo del cazador; de la mortandad que todo asuela.
4 Con su ala te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
9 Y será el SEÑOR refugio al humilde, refugio para el tiempo de angustia.
10 Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú , oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
7 ¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de Adán se abrigan en la sombra de tus alas.
1 Oración de Moisés Varón de Dios. Señor, tú nos has sido refugio en generación y en generación.
2 Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
26 En el temor del SEÑOR está la fuerte confianza; y allí sus hijos tendrán esperanza.