6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y acostado en la cama, y levantándote;
18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se excite tu alma para destruirlo.
1 Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en parábola; hablaré enigmas del tiempo antiguo.
3 Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.
15 La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho suelto avergonzará a su madre.
10 El día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra; y las enseñarán a sus hijos.
24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, madruga a castigarlo.
15 La locura está ligada en el corazón del niño; mas la vara de la corrección la hará alejar de él.
8 Oye, hijo mío, el castigo de tu padre, y no deseches la ley de tu madre;
9 porque aumento de gracia serán a tu cabeza, y protección a tu cuello.
5 Y amarás al SEÑOR tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y acostado en la cama, y levantándote;
3 Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.
8 Chet Gustad, y ved que es bueno el SEÑOR; dichoso el hombre que confiará en él.
9 Tet Temed al SEÑOR, vosotros sus santos; porque no hay falta para los que le temen.
10 Yod Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; pero los que buscan al SEÑOR, no tendrán falta de ningún bien.
11 Caf Venid, hijos, oídme; el temor del SEÑOR os enseñaré.
14 Permanesca tú en lo que has aprendido y en lo que te ha sido encargado, sabiendo de quién has aprendido;
15 y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
18 Por tanto, pondréis éstas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, para que penséis en ellas, sentado en tu casa, andando por el camino, acostado en la cama, y cuando te levantes;
20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas;
21 para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró el SEÑOR a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
15 y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
1 Oíd, hijos, el castigo del padre; y estad atentos para que sepáis inteligencia.
3 He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
6 Instruye al niño en su carrera; aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.
13 No detengas el castigo del niño; porque si lo hirieres con vara, no morirá.
14 Tú lo herirás con vara, y librarás su alma del infierno.
7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga?
7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y acostado en la cama, y levantándote;
14 Y Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el Reino de los cielos.
3 Porque yo derramaré aguas sobre el sediento, y ríos sobre la tierra árida. Derramaré mi Espíritu sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.
5 El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel; las cuales mandó a nuestros padres que las notificasen a sus hijos;
6 para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos
7 con el fin de poner su confianza en Dios, y no olvidar de las obras de Dios, y guardar sus mandamientos:
13 Y todos tus hijos serán enseñados del SEÑOR; y multiplicará la paz de tus hijos.
4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.
21 Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no se vuelvan de poco ánimo.
26 Pe Abrió su boca con sabiduría; y la ley de misericordia está en su lengua.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean alargados sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará deleite a tu alma.
19 El que vive, el que vive, éste te confesará, como yo hoy. El padre hará a los hijos notoria tu verdad.
11 Caf Venid, hijos, oídme; el temor del SEÑOR os enseñaré.