25 Aín Fortaleza y gloria es su vestidura; y en el día postrero reirá.
26 Pe Abrió su boca con sabiduría; y la ley de misericordia está en su lengua.
14 La casa y las riquezas herencia son de los padres; mas del SEÑOR la mujer prudente.
30 Sin Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada.
10 Alef Mujer valiente, ¿quién la hallará? Porque su valor pasa largamente a la de piedras preciosas.
16 La mujer graciosa tendrá honra; y los fuertes tendrán riquezas.
1 Entonces el Reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
2 Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco fatuas.
3 Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas.
5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron.
6 Y a la medianoche fue hecho un clamor: He aquí, el esposo viene; salid a recibirle.
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas.
8 Y las fatuas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron, diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id antes a los que venden, y comprad para vosotras.
10 Y mientras que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11 Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos.
12 Mas respondiendo él, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.
33 El temor del SEÑOR es enseñanza de sabiduría; y delante de la honra está la humildad.
11 Buscad al SEÑOR y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.
1 La mujer sabia edifica su casa; mas la loca con sus manos la derriba.
10 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; y la ciencia de lo santo es inteligencia.
11 Las mujeres asimismo honestas, no detractoras; templadas, fieles en todo.
4 La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos.
28 Caf Se levantaron sus hijos, y la llamaron bienaventurada; y su marido también la alabó.
29 Res Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú las sobrepasas a todas.
3 Las ancianas, asimismo, se distingan en un porte santo; no calumniadoras, no dadas al mucho vino, maestras de honestidad;
4 que enseñen a las mujeres jóvenes a ser prudentes, a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos,
5 a que sean templadas, castas, que tengan buen cuidado de la casa, excelentes, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, (el cual da a todos abundantemente, y sin reproche) y le será dada.