3 Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré.
13 Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
4 La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sin razón, no se envanece;
5 no es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal;
29 El que tarde se aíra, es grande de entendimiento; mas el corto de espíritu engrandece la locura.
8 Mas, oh amados, no ignoréis una cosa: y es que un día delante del Señor es como mil años y mil años son como un día.
32 Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
25 Pues si lo que no vemos lo esperamos, por paciencia lo esperamos.
5 Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según el Ungido Jesús;
12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
11 He aquí, que yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
2 con toda humildad y mansedumbre, con tolerancia, soportando los unos a los otros en caridad;
18 Por tanto, el SEÑOR os esperará para tener misericordia de vosotros, y por tanto será ensalzado teniendo de vosotros misericordia; porque el SEÑOR es Dios de juicio; bienaventurados todos los que a él esperan.
5 Porque un momento hay en su furor; mas en su voluntad está la vida: por la tarde durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.
8 Misericordioso y clemente es el SEÑOR; lento para la ira, y grande en misericordia.
14 Aguarda al SEÑOR; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera al SEÑOR.
16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que el Cristo Jesús mostrase primero en mí, toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
9 No nos faltemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos faltado.
7 Dálet Calla ante el SEÑOR, y espera en él; no te enojes con el que prospera en su camino, con el hombre que hace maldades.
42 Velad pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
12 Vestíos pues, (como escogidos de Dios, santos y amados) de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
13 Y romped vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos al SEÑOR vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
14 El SEÑOR peleará por vosotros, y vosotros estaréis quietos.
2 Que prediques la Palabra; que apresures a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende duramente ; exhorta con toda paciencia y doctrina.
9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.