11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
4 que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honestidad;
5 no con afecto de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios:
5 Mortificad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, deleite carnal , mala concupiscencia, y avaricia, la cual es servicio de ídolos;
24 Porque los que son del Cristo, han colgado en el madero a la carne con sus afectos y concupiscencias.
26 Por lo cual Dios los entregó a afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza;
27 y del mismo modo también los machos, dejando el uso natural de las hembras, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo cosas nefandas machos con machos, y recibiendo en sí mismos la recompensa que provino de su error.
31 Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo las orejas sarnosas, se amontonarán maestros que les hablan conforme a sus concupiscencias,
4 y así apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
9 Y si no tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
3 Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.