17 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18 Mas un pelo de vuestra cabeza no perecerá.
19 En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas.
17 Vanidad es el caballo para la salud; con la grandeza de su fuerza no librará.
18 He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;
19 para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre.
22 y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
3 Mas fiel es el Señor, que os confirmará y guardará del mal.
8 El SEÑOR cumplirá por mí; tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre; no dejarás la obra de tus manos.
2 El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.
9 Y será el SEÑOR refugio al humilde, refugio para el tiempo de angustia.
8 y he sido contigo en todo cuanto has andado; y he talado a todos tus enemigos de delante de ti, y te he hecho grande nombre, como el nombre de los grandes que son en la tierra.
11 Tú, SEÑOR, no detengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; pero a ti no llegará.
18 Bien sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.
16 Pe Abres tu mano, y sacias el deseo de todo viviente.
11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo a ti vengo. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.
15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
10 Tú , el que da salud a los reyes, el que redime a David su siervo de maligna espada.
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; tocad, y se os abrirá.
8 Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, se le abre.
6 Porque el SEÑOR da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
7 El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,
8 guardando las veredas del juicio, y el camino de sus misericordiosos.
8 Mejor es esperar en el SEÑOR que esperar en hombre.
27 La habitación de Dios es eterna, y debajo de brazos eternos; el echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye.
1 De David. El SEÑOR es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?
10 Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
1 Mictam de David. Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a su Nombre; ensalzad al que cabalga sobre los cielos; JAH es su Nombre, y alegraos delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario;
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
25 El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.
5 Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
1 Salmo de David. El SEÑOR es mi pastor; no desfalleceré.
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y diréis: ¿En qué te hemos robado? En los diezmos y las ofrendas.
9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi Casa; y probadme ahora en esto, dijo el SEÑOR de los ejércitos, y veréis si yo no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que no de abasto.
5 Como las aves que vuelan, así amparará el SEÑOR de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, pasando, y salvando.
7 Por cuanto el Rey confía en el SEÑOR, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
8 Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
9 Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; el SEÑOR los deshará en su furor, y fuego los consumirá.
22 Tau El SEÑOR redime el alma de sus siervos; y no serán asolados cuantos en él confían.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.
1 Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo. ¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
2 Muchos dicen de mi alma: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
3 Mas tú, el SEÑOR, eres escudo por mí; mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.
4 Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)
5 Yo me acosté, y dormí, y desperté; porque el SEÑOR me sustentaba.
6 No temeré de diez millares de gente, que pusieren cerco contra mí.
17 Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperará; y tú condenarás toda lengua que se levantare contra ti en juicio. Esta es la heredad de los siervos del SEÑOR, y su justicia de por mí, dijo el SEÑOR.
4 Con su ala te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
12 Y a Benjamín dijo: El amado del SEÑOR habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.
7 Bueno es el SEÑOR para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
12 El avisado ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y llevan el daño.
1 Mictam de David. Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
8 Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque estando El a mi diestra, no seré conmovido.
3 Bet Espera en el SEÑOR, y haz bien; vive en la tierra, y manten la verdad.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, SEÑOR, me harás estar confiado.
13 Todo lo puedo en el Cristo que me fortalece.
10 Torre fuerte es el nombre del SEÑOR; a él correrá el justo, y será levantado.
25 Nun Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan.
29 Ahora pues, quiere, y bendice a la casa de tu siervo, para que perpetuamente permanezca delante de ti; pues que tú, el SEÑOR Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.
30 Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.
26 Y daré a ellas, y a los alrededores de mi collado, bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán.
1 Canción de las gradas. Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
2 Mi socorro viene de parte del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5 El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
7 El SEÑOR te guardará de todo mal; el guardará tu alma.
8 El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
1 Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
32 Porque ¿qué Dios hay sino el SEÑOR? ¿O quién es fuerte sino nuestro Dios?
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
6 Puso luego David guarnición en Siria, la de Damasco, y fueron los Sirios siervos de David llevando presente. Y el SEÑOR guardó a David donde quiera que fue.
26 porque el SEÑOR será tu confianza, y él guardará tu pie para que no seas tomado.
26 En el temor del SEÑOR está la fuerte confianza; y allí sus hijos tendrán esperanza.
1 Al Vencedor: Salmo de David. El SEÑOR te oiga en el día de la angustia; te ensalce el nombre del Dios de Jacob.
2 Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sustente.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7 Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
8 Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas.
9 De delante de los malos que me oprimieron, de mis enemigos que me cercan por la vida.
20 Nuestra alma esperó al SEÑOR; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salud. (Selah.)
114 Mi escondedero y mi escudo eres tú; a tu palabra he esperado.
9 El que camina en integridad, anda confiado; mas el que pervierte sus caminos, será quebrantado.
25 Porque embriagué el alma cansada, y llené toda alma entristecida.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, SEÑOR, me harás estar confiado.
9 Porque tú, oh SEÑOR, eres mi esperanza; y al Altísimo has puesto por tu habitación,
10 no se ordenará para ti mal, ni plaga tocará tu morada.
3 Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado.
35 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os faltó algo? Y ellos dijeron: Nada.
6 El SEÑOR está por mí; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio.
35 Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará.
36 Ensancharás mis pasos debajo de mí, y no titubearán mis rodillas.
8 Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque estando El a mi diestra, no seré conmovido.
1 El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Dirá al SEÑOR: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, me aseguraré en él.
17 aprended a hacer el bien. Buscad juicio. Restituid al agraviado. Oíd en derecho al huérfano. Amparad a la viuda.
22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
16 Y yo cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
33 Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
6 El SEÑOR guarda a los simples; estaba debilitado, y me salvó.
7 Vuelve, oh alma mía, a tu reposo; porque el SEÑOR te ha hecho bien.
8 Porque has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.
9 Andaré delante del SEÑOR en la tierra de los vivientes.
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden?
7 Tú eres mi escondedero; de la angustia me guardarás; con clamores de libertad me rodearás. (Selah.)
14 Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
15 Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos pedido.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
7 Zain El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los defiende.
6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; que el SEÑOR tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
7 el que hace derecho a los agraviados; el que da pan a los hambrientos; el SEÑOR, el que suelta a los aprisionados;
8 el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos.
9 El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.
5 Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
4 Y hasta la vejez yo mismo; y hasta las canas, yo os soportaré. Yo hice, yo llevaré, yo soportaré, y guardaré.
23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
31 El caballo se apareja para el día de la batalla; mas del SEÑOR es el salvar.
18 Ejecutad, pues, mis estatutos, y guardad mis derechos, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros;
10 Yod Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; pero los que buscan al SEÑOR, no tendrán falta de ningún bien.
10 Torre fuerte es el nombre del SEÑOR; a él correrá el justo, y será levantado.
10 Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; él guarda las almas de sus misericordiosos; de mano de los impíos los libra.
1 Canción de las gradas: para Salomón. Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.
14 El SEÑOR peleará por vosotros, y vosotros estaréis quietos.
6 La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador.
11 Porque sol y escudo nos es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR; no quitará el bien a los que andan en integridad.
11 Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.
12 Porque tú, oh SEÑOR, bendecirás al justo; lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
11 Y el rey se alegrará en Dios; serán alabados todos los que juran por él; porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.
17 Allí haré reverdecer el cuerno de David; yo he aparejado lámpara a mi ungido.
18 A sus enemigos vestiré de confusión; y sobre él florecerá su corona.
19 Si quisiereis, y oyereis, comeréis el bien de la tierra;
20 si no quisiereis, y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada, porque la boca del SEÑOR lo ha dicho.
3 Mas tú, el SEÑOR, eres escudo por mí; mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.
22 Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.
6 Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.
10 Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré.
12 Porque en la sombra de la ciencia, y en la sombra del dinero reposa el hombre ; mas la sabiduría excede en que da vida a sus poseedores.
7 Sed pues sujetos a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
7 Porque no hará nada el Señor DIOS, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
11 Que yo estableceré mi pacto con vosotros, que no será talada más toda carne con aguas de diluvio; y que no habrá más diluvio para destruir la tierra.
31 ¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?
20 Sin Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21 Taf Integridad y rectitud me guardarán; porque a ti he esperado.
1 Salmo de David. Bendito sea el SEÑOR, mi roca, que enseña mis manos a la batalla, y mis dedos a la guerra.
2 Misericordia mía y mi castillo, altura mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que allana mi pueblo delante de mí.