7 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice a Sion: Reina tu Dios!
9 y sanad los enfermos que en ella hubiere, y decidles: Se ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
19 Y a ti daré las llaves del Reino de los cielos; que todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
22 Porque el SEÑOR será nuestro juez, el SEÑOR será nuestro dador de leyes, el SEÑOR será nuestro rey, él mismo nos salvará.
11 Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas . Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza.
9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el Reino de Dios.
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
10 ¿Quién es este Rey de gloria? El SEÑOR de los ejércitos, él es el Rey de la gloria. (Selah.)
9 Y el SEÑOR será Rey sobre toda la tierra. En aquel día el SEÑOR será uno, y su nombre uno.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia (o rectitud) , porque de ellos es el Reino de los cielos.
32 No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el Reino.
19 Así que ya no sois extranjeros y advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios;
20 sobreedificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesús, el Cristo;
6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él mil años.
15 Y diciendo: El tiempo es cumplido; y el Reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al Evangelio.
3 Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios.
17 Por tanto, al Rey para siempre, inmortal, invisible, al único sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
14 Y Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el Reino de los cielos.
33 Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, que el Reino de los cielos se ha acercado.