6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él mil años.
22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:
23 Que el Cristo había de padecer, que había de ser el primero de la resurrección de los muertos, que había de anunciar luz a este pueblo y a los gentiles.
18 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte;
19 y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y cuelguen en un madero; mas al tercer día resucitará.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús.
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
6 No está aquí, mas ha resucitado; acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,
7 diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea colgado en un madero, y resucite al tercer día.
14 Porque la caridad del Cristo nos constriñe, porque juzgamos así: Que si uno fue muerto por todos, luego todos son muertos;
15 así mismo el Cristo murió por todos, para que también los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
6 Más él les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno a quien colgaron del madero; resucitado es, no está aquí; he aquí el lugar donde le pusieron.
8 Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al monumento, y vio, y creyó.
9 Porque aún no sabían la Escritura: Que era necesario que él resucitase de los muertos.
12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
13 Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras.
20 Y el Dios de paz que sacó de los muertos al Gran Pastor de las ovejas por la sangre del Testamento eterno, al Señor nuestro Jesús,
21 os haga perfectos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesús, el Cristo, al cual es la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
21 A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, mas dando testimonio de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesús, el Cristo,
10 por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte,
25 Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
5 Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue colgado en un madero.
6 No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
5 Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;
6 convencidos que nuestro viejo hombre juntamente fue colgado en el madero con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado.
3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos: