2 Y él es la aplacación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
4 Mas yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; por tanto no conocerás Dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.
11 que os es nacido hoy Salvador, que es Cristo, el Señor, en la ciudad de David.
10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida.
25 por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para rogar por ellos.
9 en la cual consumado, fue hecho causa de eterna salud a todos los que le obedecen;
25 Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
5 Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue colgado en un madero.
6 No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
15 Así que, por eso es Mediador del Nuevo Testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había debajo del primer Testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
2 puestos los ojos en el Autor y Consumador de la fe, Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió el madero, menospreciando la vergüenza, y fue sentado a la diestra de Dios.
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
24 justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Jesús el Cristo;
20 Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:
23 Que el Cristo había de padecer, que había de ser el primero de la resurrección de los muertos, que había de anunciar luz a este pueblo y a los gentiles.
18 sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación (la cual recibisteis de vuestros padres), no con cosas corruptibles, como oro o plata;
19 sino con la sangre preciosa del Cristo, como de un Cordero sin mancha y sin contaminación,
6 que siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios;
7 sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte del madero.
10 En esto consiste la caridad, no porque nosotros hayamos amado a Dios, sino porque él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo para ser aplacación por nuestros pecados.
7 en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,