14 Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
14 Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a los santos;
3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a los santos;
15 mas como aquel que os ha llamado es santo, semejantemente también sed vosotros santos en toda conversación;
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
15 mas como aquel que os ha llamado es santo, semejantemente también sed vosotros santos en toda conversación;
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
9 que nos ha librado, y nos llamó a la santa vocación; no por nuestras obras, sino según el intento suyo y por la gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos;
14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así el SEÑOR Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís.
3 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
4 que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honestidad;
5 no con afecto de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios:
6 que ninguno oprima, ni calumnie en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
7 Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en caridad;
22 a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error;
23 y a renovaros en el espíritu de vuestro entendimiento,
24 y vestir el nuevo hombre que es creado conforme a Dios en justicia y en santidad de la verdad.
10 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; y la ciencia de lo santo es inteligencia.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos;
24 y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.
3 Tú empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en el Cristo Jesús;
26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo el SEÑOR soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos.
26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo el SEÑOR soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos.
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la Verdad.
7 Santificaos, pues, y sed santos, porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
23 Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchos gentiles; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
2 No hay santo como el SEÑOR; porque no hay ninguno fuera de ti; y no hay Fuerte como el Dios nuestro.
16 ¿O no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
25 Lazo es al hombre el devorar lo santo, y andar pesquisando después de los votos.
22 Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos a Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna.
2 a la Iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, y a todos los que invocan el Nombre del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro;
15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito , para hacer vivir el espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados.
1 Así que, amados, pues teniendo tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.
1 Así que, amados, pues teniendo tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.
16 Ninguno que enciende la lámpara lo cubre con vasija, o lo pone debajo de la cama; mas lo pone en un candelero, para que los que entren vean la luz.
17 Y os ruego, hermanos, que miréis por los que causan disensiones y escándalos fuera de la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
9 BET ¿Con qué limpiará el joven su camino? Cuando guardare tu palabra.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a su Nombre; ensalzad al que cabalga sobre los cielos; JAH es su Nombre, y alegraos delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario;
23 Y santificaré mi grande Nombre profanado entre los gentiles, el cual profanasteis vosotros en medio de ellos; y sabrán los gentiles que yo soy el SEÑOR, dijo el Señor DIOS, cuando fuere santificado en vosotros delante de sus ojos.
1 Por tanto, si hay en vosotros alguna consolación en el Cristo; si algún refrigerio de caridad; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,
2 cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo una misma caridad, unánimes, sintiendo una misma cosa.
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros;
4 no mirando cada uno a lo que es suyo, mas a lo que es de los otros.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en el Cristo Jesús;
6 que siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios;
7 sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte del madero.
9 Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre;
10 que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble.
11 Y todo lenguaje confiese que el Señor Jesús el Cristo está en la gloria de Dios, el Padre.
12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, obrad vuestra salud con temor y temblor;
13 porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
14 Haced todo sin murmuraciones o dudas,
15 para que seáis irreprensibles e inocentes, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo;
16 reteniendo la Palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día del Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.
17 Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros.
18 Y asimismo gozaos también vosotros, y regocijaos conmigo.
19 Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.
20 Porque a ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.
21 Porque todos buscan lo que es suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
22 Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo a padre ha servido conmigo en el Evangelio.
23 Así que a éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios;
24 y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.
25 Mas tuve por cosa necesaria enviaros a Epafrodito, hermano, y compañero y consiervo mío, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
26 porque tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
27 Pues en verdad estuvo enfermo a la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
28 Así que le envío más pronto, para que viéndole os volváis a gozar, y yo esté con menos tristeza.
29 Recibidle pues en el Señor con todo gozo; y tened en estima a los tales,
30 porque por la obra del Cristo estuvo cercano a la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.
19 Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne; que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santidad, presentéis vuestros miembros para servir a la justicia.
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto.
1 De David. Bendice, alma mía al SEÑOR; y todas mis entrañas al Nombre de su santidad.
21 A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado
22 en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;
23 si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.