11 en el cuidado no perezosos; ardientes en el Espíritu; sirviendo al Señor;
4 En pos del SEÑOR vuestro Dios andaréis, y a él temeréis, y guardaréis sus mandamientos, y escucharéis su voz, y a él serviréis, y a él os allegaréis.
15 Y si mal os parece servir al SEÑOR, escogeos hoy a quién sirváis; o a los dioses a quien sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; que yo y mi casa serviremos al SEÑOR.
5 Solamente que con diligencia os guardéis haciendo el mandamiento y la ley, que Moisés siervo del SEÑOR os mandó: que améis al SEÑOR vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y os alleguéis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma.
13 Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por la caridad los unos a los otros.
35 Entonces sentándose, llamó a los doce, y les dice: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.
26 El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Al que me sirviere, mi Padre le honrará.
16 Toda Escritura es inspirada divinamente y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
17 para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente equipado para toda buena obra.
26 Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor;
27 Y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo;
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como resucitados de los muertos, y vuestros miembros a Dios, por instrumentos de justicia.
28 como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
45 Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos de los otros.
23 Mem Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre bueno , y él quiere su camino.
22 Tau El SEÑOR redime el alma de sus siervos; y no serán asolados cuantos en él confían.
14 ¿cuánto más la sangre del Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios viviente?
12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el SEÑOR tu Dios de ti, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;
13 que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos, que yo te mando hoy, para que hayes bien?
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas.
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.
21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
16 como estando en libertad, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.